El lobizón

 


"Puntas del Arrayán Chico, otuvre 15 de 1892
Señor Gefe Político y de Polecía
del Deto. Sarjento Mallor
Merejildo Toranza.
URJENTE

Apresiado Usía:

Por entremedio del presente parte me dino trasmitirle prematuramente, y sin osmitir ningún pelo ni señal, por más que andamos vastante escazos de tinta, papel y otros engredientes relatibos a la lavor de ofisina, una nobedá de vulto acontesida tras de antiller en la sesión de encumbencia. Resulta que el día endicado, a eso de las cuatro de la tarde, pico más o menos, íbamos el infrascrito, el sarjento Malaquías Ramos y el guariasibil Loreto Cuello crusando una picada montaraz en campos del biudo Celio Paredes, más conocido por "Lobisome" a causa de ser el sétimo hijo barón corrido en su familia y andar en boca de Dios y todo el mundo que cada martes y biernes se buelbe un perro con suecos y sale a despuntar el bisio de asustar jente, propio del gremio, como suele decir nuestro  común amigo y correligionario don Endalecio Camejo, el Juez de Paz, aunque, para serle franco, el infrascrito nunca ha bisto a tal biudo en otra forma corporal que la de cristiano, y andando bipidamente, o sea en dos pieses, como suele decirse castellanamente hablando. 
Como le iba contando, crusábamos la picada susodicha cuando se nos atrabesó en la bisual un cuadro paboroso justo en el momento de bajar al arrollo. Dos hombres umildemente bestidos y al pareser cadáberes, yacían en cruz sobre una barranquita petiza, ambos dos con los cuerpos acrivillados de eridas. Ante semejante bisión el infrascrito, que era el que iba adelante, como tiene por costumbre hacerlo en los transes difíciles propios de la autorida policial, echó pie a tierra y se asercó, rebolbe en mano, a los presuntos finados, gritándoles que hisiera alto y se nombraran, como es de práctica en todo prosedimiento correto, no fuera cuestión de que se estuviesen hasiendo los difuntos para lleba a cabo el siniestro propósito de madrugarnos. Como ninguno de ambos dos contestara ni diera otras señales de vida combincentes, los consideré cadáberes y entre a iniciar los enxámenes tendientes a comprovar el hecho y demás pertinensias deribadas del mismo. Oservados escrupulosamente los cuerpos del delito, resultaron ser los correspondientes a los hermanos Juan Pedro y Pedro Juan Araújo, orientales, de profesión matreros, por lo cual dispuse que desde aquel preciso momento quedaran en calidá de presos, ya que se trataba de individuos reveldes a la autoridá que representamos. El mayor de los Araújo, Juan Pedro, lusía las siguientes eridas de arma blanca, allá en él pues nunca está de más hacer la salbedá del caso: una puñalada en el vacío derecho, que lo bandiaba de un lado al otro, cinco puntazos lebes en la caja del cuerpo, un tajo como de geme y medio en el cuadril izquierdo y un hachazo en la cabeza que, Dios libre y guarde, le llegaba hasta la masa del celebro. El menor, Pedro Juan, ostentaba tres feroces puñaladas cerca del hoyo del umbligo, un profundo y alebose corte en salva sea la parte y un largo tajo inmortal, al parecer de refilón, en la parte superior de la cacunda, sin contar una sinfinidá de rajuños y moretones de escasa perjudicialidá corporal. 
Concluidas las diligencias comprovatorias que acabo de numerar, dispuse iso fato que mis subalternos pusiesen los cadáberes boca abajo, tal como lo aconsejan la experiensia y la sabiduría, a fin de que los matadores no puedan irse lejos y se sientan atraídos por la fuerza del crimen, terminando tarde o temprano por volver hasta el lugar del hecho, donde dejé rondando al sarjento Ramos y al guardiasibil Cuello, con la orden rigorosa de prenderlos vivos o muertos, en cuanto se presenten.
Con esa misma fecha acabo de librar parte al Juez de Paz poniendo a su disposición a los matreros Araújo para que proceda de acuerdo con la ley de la materia.
Lamentando no tener por el momento otras nobedades que comunicarle, me despido subalternamente de Usia, a quien Dios guarde y conserbe en el puesto muchos años.
A ruego del comisario don Segundo Menchaca, por no saber firmar: Esmeraldo Zipitría - Escribiente."

Serafín J. García ("Simplicio Bobadilla") en "Peloduro", agosto de 1946


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